Después de caer del cielo
- La temática espectral ha sido abordada en mi producción fotográfica desde varias plataformas: Las huérfanas fantasmagorizadas de la serie “Espectros”, que bucólicas y vaporosas deambulaban el vacío en homenaje a sus respectivos padres. Con el “Gemelo fantasma” la consigna fue la duplicación de lo idéntico, fragmentado para que exponga las multiplicidades que se esconden tras los rostros en los retratos convencionales. Ahora, en otro intento por seguir experimentando en la línea teórica de lo fantasmal, surge la idea de conectar la desmembración de un cuerpo que se mutila en un accidente de aviación y luego resurge, ya no en forma carnal, sino brumosa.
- El escenario en el que deambula este nuevo ente ha sido tratado como un espacio limítrofe entre lo real y lo divino. Mantiene características territoriales fieles a la realidad, pero le es a su vez ajeno en determinados detalles: Confunde a la ecuanimidad que demanda lo real, la gama de colores que afecta un clima nocturno que no pretende representar a la noche tal cual la registra nuestra mirada. Se trata pues de proponer una suerte de “limbo de los caídos” gobernado por una noche que se presenta como interminable y, a su vez, desaparece de golpe los estragos del impacto.
- No por tétrico el fantasma en su andar, deja de derrochar bríos de optimismo en el nuevo surgimiento que propone; dado a luz inmediatamente después de la tragedia y la muerte. Un sentido que lo espectral le extiende a las llamadas “Alas de esperanza”, como se bautizó el mausoleo de los caídos en el accidente de LANSA (vuelo 508) rumbo a Pucallpa en la amazonía peruana. La placa lleva inscrita: “Hermanos: Estamos aquí unidos por el ansia de encontrar el calor del hogar bendito al que quisimos llegar en la navidad de 1971 y nos llevó a la oscuridad eterna”. La esperanza radica precisamente en esa oscuridad: En la posibilidad irracional e infundamentada, que esta esconda una dimensión inversa que permita una reconexión que haga brotar algún tipo de existencia, que se resista a la inevitabilidad de lo perecible. En la noción de lo espectral, todos son sobrevivientes y la demanda por continuidad queda de algún modo satisfecha, hasta nuevo aviso.